El Pimiento Verdi. Boadella. Entrevista Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Viernes, 19 de Abril de 2013 07:17

EL PIMIENTO VERDI
VERDI Y WAGNER ¿A PUÑETAZOS?

 
 FOTO: www.madridteatro.net
 
En el apogeo de la ópera, cuando ésta reflejaba la actualidad musical y de contenido, no era extraño que la polémica sugiera, sobre todo en el aspecto musical. Los seguidores de un compositor pugnaban con improperios e incluso se llegaba a las manos contra los del otro compositor contemporáneo. El teatro siempre fue proclive a la controversia y el enfrentamiento. En España se puede recordar las contiendas de Chorizos y Polacos en el siglo XVII madrileño. Unos eran seguidores del Teatro Príncipe (actual Teatro Español) y otros del Teatro de la Cruz hoy desaparecido y sito en la Calle de la Cruz), locales de vecindad cercana. Ahora estos conflictos han pasado al mundo del Fútbol o del rugby.
 
VERDI Y WAGNER
MÁS ALLÁ DE UNA CELEBRACIÓN
 
ANTONI COMAS / MARÍA REY-JOLY / ALBERT BOADELLA / 
CARMEN GONZÁLEZ FERNÁNDEZ/ ELVIA SÁNCHEZ /
LUIS ÁLVAREZ /  JOSÉ MANUEL ZAPATA / BORJA MARIÑO / JESÚS AGELET
FOTO: www.madridteatro.net
Tal polémica ha inspirado a Albert Boadella para enfrentar a Verdi y Wagner, de los cuales celebramos su 200 aniversario del nacimiento de ambos. Dos compositores coetáneos, pero de concepción musical bastante distante y, por lo tanto, generadores de un conflicto. Albert recuerda haber vivido tales enemistades:
 
·         Mi padre, a principios del s. XX, era un fervoroso seguidor de Verdi y en más de una ocasión intentó sabotear la obra de Wagner.
 
El pimiento Verdies una taberna restaurante en la que su propietario, gran aficionado a la zarzuela y las óperas de Verdi, organiza una cena homenaje para celebrar el 200º aniversario del nacimiento del gran compositor italiano. Con el fin de amenizar la velada mediante fragmentos de sus óperas han sido invitados a la cena una soprano y un tenor que son también asiduos clientes del local. Esta intención se frustra una vez iniciado el homenaje lírico, pues otros cantantes presentes en el restaurante muestran explícitamente su desagrado ante la música de Verdi. Los disidentes wagnerianos reclaman homenajear también al compositor alemán cuyo aniversario coincide precisamente con el de Verdi. Con lo cual reivindican a Wagner como un genio más profundo y menos pachanguero que el italiano. A partir de aquí, se inicia un rifirrafe musical entre los dos bandos.
 
POTENCIAR LA PARTE INTERPRETATIVA
EN LA ÓPERA
 
La pareja verdiana está formada por los cantantes María Rey-Joly (Leonor) y José Manuel Zapata (Roberto), y la pareja wagneriana Elvia Sánchez (Brunilda) y Antoni Comas (Sigfrido). A ellos se añade Luis Álvarez (Sito, el propietario de El Pimiento Verde).
 
·         Hay también un pianista, Borja Mariño que se convierte en actor y una actor Jesús Agelet (Blas), que lleva conmigo más de 30 años, desde Els Joglars- añade Albert. El problema de la ópera es la interpretación. El canto es lo suyo y se canta mejor o peor, pero la parte interpretativa ,hoy menos, sufre cuando se combina canto y texto hablado. En este caso los cantantes han sabido combinar la parte musical y la interpretación. Ha sido un resultado muy satisfactorio. Han trabajado mucho. Hemos preferido no gastar en la metalurgia - la escenografía -, como lo hace la ópera con sus grandes escenografías y sí insistir en el trabajo interpretativo. En los primeros ensayos sólo interpretaban y han tenido que sufrir mi atención a los detalles de la obra. Esto fue creando lentamente una cercanía entre el equipo. Hemos tenido la suerte de ensayar más tiempo de lo que normalmente se ensaya, y en esta Sala Verde, la cual se ha transformado en el restaurante El Pimiento Verde con una serie de mesitas que ocuparán los espectadores, unos cuarenta. De este modo incorporamos la escenografía en la acción.
 
FOTO: VIDEO, TEATROS DEL CANAL
 
UNA VELADA MUSICAL
INSPIRADA EN LA REALIDAD
 
En cuanto a la obra Albert la describe como...
 
·         ...muy sencilla. Está basada en la realidad. La fantasía no me gusta. Se trata de la observación de la realidad. Una es la pugna Verdi-Wagner. Ahora está muy matizada, pero los foróforos de uno y otro bando, muestran dos psicología distintas. Otra realidad la he visto, en parte, en las veladas musicales, en las cenas-restaurantes con canto y, por lo tanto, pudo suceder.
 
LUIS ÁLVAREZ / ELVIA SÁNCHEZ /
MARÍA REY-JOLY /  JOSÉ MANUEL ZAPATA
FOTO: JAIME VILLANUEVA
En este contencioso Verdi-Wagner, Albert se define:
 
·         Yo soy verdiano y lo verán con la obra, pero reconozco los méritos de Wagner. La sátira abarca tanto a los cantantes verdianos como wagnerianos, pero la sátira sobre Wagner es más potente y con más chanza. El que vea con mejores ojos a Verdi, es por ser mediterráneos y, por lo tanto su música, llega más.
 
WAGNER, ANTISEMITA
VERDI, SIONISTA
 
La sátira se manifiesta en el dúos wagneriano que canta la pareja verdiana escupiéndose mutuamente la ensalada, que engullen, a la cara. Por contra la pareja wagneriana interpreta el brindis de La traviata en forma beoda, o la pira de Il trovatore, a la vez que pone sobre la brasa un buen filete. Se recurre, también, a una boda ridícula bajo los sones de la Marcha Nupcial de Lohengrin. Dúos, arias o coros se lanzan como crítica, burla y escarnio hacia el rival.
 
·         A parte de que es un divertimento - continúa Albert - hay mucho de actual, acerca de la responsabilidad de los artistas y políticos. Responsabilidades no solamente sobre lo actual, sino sobre el futuro. En los músicos la partitura es muy precisa y puede manifestar una cultura, como también sucede con la arquitectura, en la que hay responsabilidades, y el ejemplo lo tenemos en esos edificios de hormigón que se han venido abajo. En el caso de la música de Wagner está inmersa en la historia del antisemitismo. Fue el caldo de cultivo aprovechado después por el Tercer Reich y por Hitler. Es cierto que Wagner ya no vivía, pero con los acordes de su música mucha gente fueron a la cámara de gas. Wagner tomó un camino que llevó a desastrosas consecuencias contemporáneas. En el caso de Verdi, es un compositor cercano al ciudadano y su música ha representado la unificación de Italia. Sólo el Don Carlo representa algo negativo para nosotros como es la leyenda negra sobre España. El tono del enfrentamiento se eleva considerablemente cuando aparece la cuestión Nazi-antisemita de Wagner en oposición al Nabucco-sionista de Verdi. Aterrado por el ardor de la pugna, el melómano propietario del restaurante induce a ambas partes a convenir una situación de consenso. De todos modos yo a Wagner no lo hubiera querido como vecino y a Verdi, sí.
 
Este combate musical termina...
 
LUIS ÁLVAREZ / BORJA MARIÑO / MARÍA REY_JOLY
FOTO: JAIME VILLANUEVA
·         ...en consenso. El combate acaba bien, pues son dos genios. Personalmente no tomo partido, a pesar de ser verdiano. Estoy muy orgulloso de este espectáculo.
 
PINCELADAS DE ZARZUELA
 
El melómano propietario del local (Luis Álvarez), cuando interviene canta zarzuela: Por el humo se sabe dónde está el fuego (Doña Francisquita).
 
·         Es que el propietario del local es un gran aficionado a la zarzuela y la mezcla en algunos momentos. Así que musicalmente hay tres escuelas: zarzuela, Verdi y Wagner. Los operísticos ven la zarzuela como un género menor y, de hecho, por parte de la Zarzuela siempre ha tenido un cierto complejo con respecto a la ópera y varios de nuestros compositores de zarzuela, han deseado componer ópera. En la época dorada de la Zarzuela, ésta no entraba en el Teatro Real, sino en otro tipo de teatros. Personalmente soy un enamorado de la zarzuela.
 
EL VERDADERO AFICCIONADO A LA ÓPERA
LO TOMARÁ BIEN
 
El tratamiento de sátira con los dúos y arias operísticos, puede crear polémica entre los puristas de la ópera.
 
·         En todos los sectores hay talibanes y en el mundo operístico los hay acusando de que esto no es lo puro o lo ortodoxo, cuando se representa una ópera con otros tratamientos. Pero también los hay cuando se tocan los clásicos. Por ejemplo si tocamos a Lope podemos hacerlo como queramos. Basta echar una mirada a la historia, en la que puede comprobar la evolución del arte, que, en realidad, no es evolución. Más bien esa adaptación que funciona. En este caso un purista puede tomarlo a mal, pero el verdadero aficionado a la ópera lo tomará bien, ya que se trata de un homenaje a la propia polémica de otros tiempos. Se reirán con lo cómico, pero también sentirá los momentos agrios y duros. Hay que venir con cierto sentido común. Yo veo a los talibanes como enfermos.
 
JESÚS AGELET / BORJA MARIÑO
FOTO:
www.madridteatro.net
Los cantantes acostumbrados a las representaciones operísticas se enfrentan ante un nuevo estilo que tiene algo de desmitificación. Según Albert la reacción de ellos, en contra de lo que podría parecer:
 
·         Han estado a la altura de la propuesta. Ellos mismos proponían coas y ha habido una gran participación de cosa más malignas de lo que yo había propuesto. En el caso de José Manuel Zapata (Roberto) iba de una improvisación a otra y a  cada cual mejor. Pienso que, a lo mejor, le ha sabido a poco.
 
Por parte de José Manuel Zapata este espectáculo da un vuelco al modo de la dirección operística.
 
·         En el 95 % de las representaciones operísticas la dirección se reduce a un mero tráfico y sólo se insiste en la voz. Albert nos ha dirigido realmente. Nos ha hablado del personaje, el ¿por qué?, de dónde viene y a dónde va. Ha sido algo muy realista y divertido.
 
CANTANTES ¿VERDIANOS O WAGNERIANOS?
 
En esta polémica Verdi - Wagner, los cantantes de este Pimiento Verde se definen:
 
·         Primero yo soy del Real Madrid - confiesa cómicamente José Manuel Zapata - y después me siento más verdiano que wagneriano.
 
·         Yo soy wagneriano de profesión - declara Antoni Comas -, pero el dilema de ambos compositores no es difícil resolverlo. Los mediterráneos tenemos otros gustos tanto en lo que respecta a la música como con las historias que se nos cuentan.
 
·         Yo "fifty-fifty", me gustan por igual - afirma lacónicamente Borja Mariño, el pianista y Fidel.
 
·         Yo soy caribeña (Caracas) - declara Elvia Sánchez - y conecto mejor con lo mediterráneo y por lo tanto con Verdi, pero reconozco los valores estéticos de Wagner.
 
·         Yo soy hija de wagnerianos, y reconozco los méritos de Wagner, pero mi vocalización es más verdiana y me llega más - afirma María Rey-Joly.
 
·         Yo estoy inmerso en el mundo cultural mediterráneo y, por otro lado, el idioma manda mucho - concluye Luis Álvarez.
 
JOSÉ MANUEL ZAPATA / BORJA MARIÑO / LUIS ÁLVAREZ / ELVIA SÁNCHEZ / ANTONI COMAS / MARIA REY-JOLY
FOTO: JAIME VILLANUEVA
 
MÁS ALLÁ DE LA SIMPLE CONCATENACIÓN MUSICAL
 
JOSÉ MANUEL ZAPATA / ANTONI COMAS / ELVIA SÁNCHEZ
FOTO: JAIME VILLANUEVA
Los fragmentos operísticos entre otros son: El Trovador, La Traviata, Rigoletto, Otello, Nabucco, Aida, La fuerza del destino, Don Carlo, Tristán e Isolda, Tannhäuser, Sigfrido, Lohengrin, Las Walquirias, Parsifal, pero ellos están insertados en una estructura dramática.
 
·         Existe un texto - aclara Albert - que narra lo que sucede en una situación realista de un restaurante. Empiezan a cantar, protestan y demuestran con el canto lo que se acaba de decir. Hay mucha música, pero, lógicamente, las arias y dúos no se cantan enteros, de lo contrario estaríamos cuatro horas. Se han escogido aquellas partes musicales que pueden ser conocidas por el público. Por ejemplo de Lohengrin tomamos la Marcha Nupcial, que algunos espectadores sólo la conocen por las bodas, pero no saben que es de Wagner. O bien de La Walkiria, la cabalgata que es más conocida popularmente. Otras son menos conocidas como La Forza del destino. El texto hablado y la música están perfectamente ensamblados. Nunca he hecho un texto para justificar el número musical. Toda la estructura dramática transcurre entre la comedia y el drama.
 
VERDI Y WAGNER SUFRIERON
LOS CONVULSOS MOMENTOS HISTÓRICOS
 
Paux Guix es el ayudante de dirección y subraya que ese duelo Verdi-Wagner va más allá de una coincidente cronología.
 
·         Al adentrarnos mínimamente en su historia y su música vemos que hay muchas más razones en las que basarnos. Verdi y Wagner proyectan su sombra sobre la segunda mitad del siglo XIX y abren líneas que llegan hasta nuestros días, con caminos más o menos sinuosos y cuyas evoluciones pueden ser en algunos casos sorprendentes. Ambos compositores sufrieron los convulsos momentos históricos que les acompañaron - recordemos las unificaciones tanto italiana como alemana - y se convirtieron en estandartes de sus respectivas áreas geográficas y esto, inevitablemente, influyó en sus estilos y composiciones. La dramaturgia de El pimiento Verdinos ha hecho reflexionar sobre esta complejidad y mezclar los discursos de Wagner y Verdi. Después de este espectáculo nos gustaría sobre todo que hubiéramos superado los prejuicios de ver a Wagner como "monótono" y a Verdi como "artificioso" y que, sin perjuicio artístico de uno ni otro, hayamos disfrutado con las grandes músicas que compusieron estos maestros.
 
 


José Ramón Díaz Sande
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Última actualización el Jueves, 09 de Mayo de 2013 14:45