Lúcido. Srpregelburd. Entrevista Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Jueves, 06 de Diciembre de 2012 18:59
LÚCIDO
EL CONSUELO DE LOS SUEÑOS Y DEL ARTE

LÚCIDO
EL CONSUELO DE LOS SUEÑOS Y DEL ARTE

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ISABEL ORDAZ / TOMAS DEL ESTAL
 
 ITZIAR MIRANDA / TOMÁS DE ESTAL / ISABEL ORDAZ
FOTOS: JESÚS VALLINAS
Rafael Spregelburd
(Buenos Aires, 1970) pertenece a la generación de nuevos dramaturgos argentinos, que comenzó como actor y pronto se pasó a la dramaturgia. Ha fundado la Compañía El Patrón Vázquez y ha recorrido con sus montajes muchos festivales y teatros internacionales. Sus obras se han editado en Argentina, Reino Unido, EEUU, Francia, México, Italia, Alemania, Chile, Colombia, Uruguay, República Checa, Suecia, Suiza, Croacia, España
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·         Además de autor de teatro es también director, actor de teatro y de cine y con premios – recalca Amelia Ochandiano, la directora de este montaje. Buscando en una librería me topé con La Terquedad, el cual me atrapó desde el primer momento por su estructura dramática, su carpintería teatral y el sesgó que le daba. Compré todos los libros que encontré y topé con Lúcido.
 
VIAJE INTERESANTE, GOZOSO Y SORPRENDENTE
 
Lúcido es obra para cuatro actores, un número que, a nivel de producción, es asequible en los tiempos que corren.
·         Compaginé el proyecto con los actores y buscamos el momento, aunque no sé si es o no el momento, pues no es momento de nada. Para la gente de teatro estos tiempos son durísimos como uno no se puede imaginar y poder montar un texto como éste hace que estemos muy contentos con el trabajo que supone y la función en sí. El texto es un viaje muy interesante, gozoso y sorprendente. Un autor como Spregelburd debería estar más a menudo en nuestros escenarios.
 
El primer texto con el que topó Amelia, La terquedad, que curiosamente tiene una parte en catalán, quedo excluido…
·         …porque me resultó más complicado. Trataba sobre la guerra civil española. Era un texto clásico pero con vuelo de autor contemporáneo. Era muy sugerente y por eso hizo que siguiera leyendo cosas suyas. Cuando topé con Lúcido vi la posibilidad de abordarlo, ya es un texto más directo y más asequible e imaginé enseguida los personajes. Los vi puestos en pie. Me subyugó también el tono de la función que es un drama familiar en tono no comedia. Es una comedia casi policíaca que pasas a ser un melodrama. Nos habla de la pérdida, del sacrificio, del arrepentimiento, del consuelo que producen los sueños y del poder curativo del arte. La habilidad de Spregelburd, es que sabe conjugar lágrimas con carcajadas, sonrisas con dolor y ritmo con silencios, sueños bailados, sueños sufridos y verdades dolorosas.
 
Amelia recalca el aspecto curativo del arte, que Spregelburg apunta, en estos tiempos críticos españoles en que parece que los políticos le dan de lado como algo superfluo.
·         El arte es necesario y nadie nos puede hacer creer que es secundario y que se puede pasar sin él. Aquí el arte tiene una vinculación, ya que es un refugio y también contempla el sacrificio.
 
El problema subsiguiente era encontrar los actores ideales para eso personajes que se mueven en ese maremágnum de emociones.
·         Lo conseguí – afirma gozosa Amelia. Encontré actores perfectos para conseguirlo o al menos para intentarlo con la mayor honestidad y el mayor entusiasmo. Es un juego entre sueños y realidades donde nada es lo que parece.
 
VIDA DE SUEÑOS Y VIDA ROTA
 
Isabel Ordaz – de sobras conocida por su popular personaje en televisión Aquí no hay quien viva y La que se avecina - interpreta a Teté, esa madre que entra en convulsión.
·         Spregelburd es un autor muy abierto – afirma Isabel -, y que lo que hace es coger el corazón de lo contemporáneo y se plantea “vamos a ver qué pasas”. La estructura de la obra es fractal, es decir es como si tuviéramos un jarrón roto, no tenemos el total y ello hace que sea imposible la certeza absoluta. Ese jarrón descompuesto nos va enseñando poco a poco la vida de cada uno de los personajes, que es una vida de sueños y una vida rota. El espectador recompone la historia, que es una historia de dolor en el pasado. Teté va hacia la lucidez, pues vive una realidad que no es y descubre que, a pesar de todo el dolor, merece la pena vivir. 
 
TOMÁS DEL ESTAL
ALBERTO AMARILLA
FOTOS: JESÚS VALLINAS
Amelia
define la obra como…
·         … un tren de Alta Velocidad. La verborrea de Teté nos mete en una serie de situaciones que no nos deja pensar. No nos deja reflexionar.
   
·         La propuesta del autor es muy interesante - añade Isabel Ordaz pues crea una estructura muy moderna, que se aparte de la tradicional: presentación, nudo y desenlace. Va y viene continuamente, se salta el espacio y el tiempo y posee esa sangre argentina que perfila bien personajes tradicionales humanos y clásico. En lo que respecta a Teté, mi personaje, guarda un dolor, cuya incógnita sólo se desvela al final.
 
Tomás del Estal, en programa, interpreta a dos personajes Darío y Nestor.
·         En realidad no son dos personajes diferentes. Aparezco en los tres espacios: el restaurante, la casa y otro del final. Se podría decir que soy un tres en uno. En cada espacio me comporto como el mismo personaje, aunque tenga un rol diferente. Es un personaje lleno de bondad, un poco desubicado cree que molesta, pero es la bondad encarnada y está a disposición de todos – desvela Tomás.
 
·         Su personalidad se revela al final y viene a ser la figura masculina – añade Isabel.
 
CON LA LÁGRIMA EN EL OJO
 
Lúcido, que Amelia ha definido como melodrama familiar en tono de comedia, tiene su punto de “lagrimas”.
 
·         Es una comedia con la lágrima en el ojo – ratifica Amelia -, y los actores lloran y lo pasan mal, aunque nosotros no. Es una comedia con el dolor dentro.
 
Itziar Miranda es la joven Lucrecia y confirma lo de la “lágrima en el ojo”:
·         Es de lo más bonito, pues nosotros estamos con la lágrima y el dolor a flor de piel y ves que la gente se parte de risa. Se tratan grandes dramas que generan la risa hasta un momento dado. En los momentos no notábamos esta reacción actores y público. Pre-estrenamos en Parla y no nos podíamos creer la reacción del público. Nosotros con los mocos y llorando y el publico riendo. Es inconcebible, pero lo más notable es que cuando el autor quiere el público se calla y e crea un silencio sepulcral. Parece magia.
 
¿UN ESTILO ARGENTINO?
 
Ese juego de vidas familiares rotas y entrecruzadas a través de escenas cortas y rompiendo el espacio y el tiempo, recuerda a otros autores argentinos de última hornada: Tolcachir  (CLIKEAR) con La omisión de la familia Coleman, Tercer Cuerpo… y parece que se podría hablar de un estilo argentino en las dramaturgias teatrales.
 
·         Más que estilo argentino – opina Amelia - , yo diría que los dramaturgos argentinos van por otro lado. No han abandonado la construcción de personajes, pero intentan dar un paso más. No han abandonado el que la literatura hable de nosotros, pero con otras formas contemporáneas, utilizando un vuelo poético para hablar de nosotros. Eso hace que Lúcido tenga un cierto aire como la de otros dramaturgos argentinos que nos han llegado últimamente. 
 
LA DICTADURA ARGENTINA
EN EL TRANSFONDO LEJANO
 
La acción transcurre ahora, pero la puesta en escena se sitúa en los años setenta y ochenta, que es donde ha quedado anclada la vida de Teté. Lo lógico es que haya alusión a la Dictadura Argentina, en la que imperó el terror.
 
·         No hay alusión directa – aclara Amelia -, pero en alguna escenas se vislumbra al aludir algo, que ahora, en nuestra nación, está a la orden del día. Por ejemplo a la pregunta. “¿Está el joyero?”, la respuesta es “De las joyas olvídate, el oro lo he vendido todo”.
 
·         La dictadura está implícita en esa realidad rota en mil pedazos - añade Isabel Ordaz. En el fondo, todos nos debemos al pasado y la asumimos como Chéjov cuando habla de los “agujeros del silencio” o Becket, pero aquí aparece claramente una realidad destrozada y rota. Me interesa este planteamiento y los personajes que para los actores es maravilloso.
 
LA OBRA DE UN CLÁSICO CON MELODÍA “POP”
 
El cuarto personaje es Lucas, que interpreta Alberto Amarilla.
·         Mi personaje tiene cierta ambigüedad sexual y es un niño con una gran dosis de ingenuidad. Es lo contrario al personaje de Tomás que se podría definir como “Varón Dandy”. La obra me gusta mucho y también a mis amigos. Habla de la muerte como fondo, pero con una melodía cómica. Es como ver la obra de un clásico con una melodía “pop”.
 
ITZIAT MIRANDA ISABEL ORDAZ ITZIAT MIRANDA / ISABEL ORDAZ
FOTOS: JESÚS VALLINAS
 
TRES ESPACIOS CERCANOS AL PÚBLICO
 
La escenografía de los tres espacios, según Amelia:
·         Está bien resuelta. Nos permite mezclar sueño y realidad, de una forma muy simple y sugerente. Está llena de detalles para construir la realidad.
 
La representación es en la Sala Francisco Nieva, la Sala pequeña del Teatro Valle Inclán, y con la primea fila muy cerca de los actores:
·         La escenografía cabe perfectamente y permite que todo esté más recogido. Impone un poco el que los espectadores estén tan cerca, pero lo disfrutamos.
 


José Ramón Díaz Sande
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Última actualización el Jueves, 06 de Diciembre de 2012 20:59