Traición. Histrión Teatro. 2012.Critica Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Lunes, 12 de Marzo de 2012 08:34

TRAICIÓN

LA FLUIDEZ DE LA PALABRA

 

CONSTANTINO RENEDO / GEMA MATARRANZ /
MANUEL SALAS
FOTO: HISTRIÓNTEATRO

Llega a Madrid al Teatro Conde Duque, una vez más, Traición de Harold Pinter. Digo "una vez más" porque en estos últimos años ha sido título recurrente: la dirección de Juan Pastor en el Teatro de la Guindalera (2007) (CLIKEAR); la de María Fernández Hache en el Teatro  Español  (2011) (CLIKEAR), y ahora la de Marcelo Subiotto (2011). Entre las tres versiones  existe una pequeña discrepancia: uno de los personajes cambia de nombre en la versión del Teatro Español, que en vez de Jerry pasa a llamarse Nico.

 

La Compañía granadina HistriónTeatro, con bastantes títulos a la espalda, tras su exitosa experiencia con el argentino Daniel Veronese en Del maravilloso mundo de los animales: los corderos, que pudimos ver en el 2011 en la Sala Pequeña del Teatro Español, han vuelto a las tierras boanorenses para ser dirigidos por Marcelo Subiotto. En estos últimos años los directores y actores argentinos han mostrado, en España, sus grandes cualidades teatrales. Por lo tanto no sorprende tal elección por parte de HistriónTeatro.

 

No sólo Traición sino otros textos de Harold Pinter se ha representado en España, hasta el punto de ser ya un autor familiar. Como en la mayoría de los textos de Pinter, la anécdota es sencilla, y la habilidad del autor está no tanto en la historia, cuanto en el conflicto que se crea entre las palabras y las relaciones de unos personajes con otros, cuando es turbada por un personaje o situación extraña.

 

Traición, en su anécdota, es la aparente infidelidad de una relación a tres. Aparente porque, a partir de este hecho, la reflexión de Pinter va mucho más lejos. Plantea el dilema de si es mejor hablar que callar, cuando se lleva una vida doble. En este caso se centra en el adulterio, pero podría cambiarse por cualquier otra situación en que el hombre se ve abocado a esa doble vida, porque es un imperativo más fuerte que él. Esa fuerza que domina, en el caso del adulterio, viene presionada por el amor que, cuando surge, no conoce límites. Lo que sucede es que, en la mayoría de los casos, se calla y se sigue adelante ocultándolo al resto de la sociedad o a sus víctimas. La confesión del hecho, parece que puede llevar a una descarga del sentido de culpa, lo cual, para Pinter, no parece ser la solución.  Hay algo más en este texto: la fugacidad de las decisiones que se toman, las cuales al cabo de algunos años desaparecen. Es como si los procesos del ser humano. cuando se trunca, se es incapaz de volver a unir todas las piezas.  De todos modos, Pinter no intenta dar soluciones, sino a través de los asépticos diálogos, dejar que el público juzgue y, al mismo tiempo, se vea reflejado en un espejo.  

 

Pinter muestra todo este conflicto de un modo frío, muy inglés se podría decir. Es más, la ambientación contemporánea en que Pinter ha situado su obra, podría, muy bien, retrotraerse a la época victoriana inglesa. Si fuera así, las actitudes de los personajes las achacaríamos a una mentalidad trasnochada. Lo que Pinter viene a afirmar que el problema no es de tal o cual época sino una constante en el ser humano.

 

Traición es historia a base de escenas breves que van, ingeniosamente,  de atrás hacia adelante, manteniendo la intriga y el interés continuo, mediante hábiles transiciones de palabras o frases, cercano al fluido montaje cinematográfico.  Otra de las habilidades de Pinter es la construcción de los continuos e inteligentes diálogos, brindando a los actores que sean los auténticos protagonistas. Es, pues, obra de actores y no de parafernalia escénica.

 

Esto lo ha entendido bien Marcelo Subiotto al dirigir al grupo HistriónTeatro. En primer lugar sorprende el minimalismo de la escenografía, reducida a dos paneles, sofá,  alfombra, dos cojines y libros. No hay más. Con ellos, y mediante diversas ubicaciones del sofá vamos pasando, eficaz y evocadoramente,  de un lugar a otro. Tal uso, imagino idea de Marcelo Subiotto, recuerdan las puestas en escena que la nueva hornada de directores argentinos han paseado por España.

 

Traición que podría llevar, por el adulterio, a un drama de honor o pasional no sucede así. Esto lo ha entendido bien Marcelo y los actores. La doble vida llevada con naturalidad que nos presenta Pinter, se encuentra tanto en la sintaxis de los diálogos como en la interpretación de los propios actores. Los tres lanzan sus textos, acertadamente, con naturalidad, sin inmutarse, con cierto tono distanciador y frialdad estudiada. A veces recuerdan a los personajes de Oscar Wilde que toman la vida irregular del modo más natural posible. Sin embargo creo que existe una diferencia: los personajes de Oscar muestran cierto cinismo y la obligación de ser respetuosos con la época victoriana, muy cimentada sobre las formas, más que sobre los contenidos. En Pinter tal cinismo no existe. Los tres personajes guardan las formas, no tanto de cara a una sociedad, sino ante ellos mismos, por la imposibilidad de renunciar a la nueva realidad que les atenaza.

 

Gema Matarranz en Enma, Constantino Renedo en Jerry y Manuel Salas en Robert, cumplen bien su cometido en su "decir". Consiguen que no optemos por ninguno de ellos y, por lo tanto, pongan de relieve el conflicto de fondo: la confusión anímica de cada uno de ellos. Otra de las virtudes interpretativas es la fluidez con que se suceden las réplicas de uno y otro, a veces pisándolas levemente. Es un teatro de la palabra, con una acción mínima. No obstante el ritmo interpretativo consigue que no se eche de menos una acción mayor o una escenografía más cambiante.

 

La puesta en escena es enormemente evocadora. El espectador imagina el espacio a partir de los mínimos elementos, y, en cuanto a tomar posturas frente a la Traición, le deja libre para que tome opciones o deje su juicio en suspenso. El interrogante con el que nos quedamos es ¿qué entendemos por Traición y quién es el auténtico traidor?

 

Este montaje cumple con la siempre deseada norma de no "alienar" al espectador, sino dejarle que elucubre, fantasee y decida, si lo cree conveniente.

 

GEMA MATARRANZ / MANUEL SALAS /CONSTANTINO RENEDO
FOTO: HISTRIOTEATRO

 

Título: Traición

Traducción: Rafael Spregelburg

Escenografía: Álvaro

Diseño de iluminación: Juan Felipe Tomatierra

Distribución: Nines Carrascal

Producción: Histrión Teatro

Diseño: Joaquín Casanova

compañía: HistriónTeatro

Intérpretes: Gema Matarranz (Enma), Constantino Renedo (Jerry), Manuel Salas (Robert)  

Dirección: Marcelo Subiotto

Duración: 50 minutos

Estreno en Madrid: Teatro Conde Duque, 7 - III - 2012

 


José Ramón Díaz Sande
Copyright©diazsande



TEATRO CONDE DUQUE
C/ CONDEDUQUE 11
28015 - MADRID
TF: 91 588 58 34
METRO: PLAZA ESPAÑA

 

Última actualización el Miércoles, 29 de Agosto de 2012 18:23