Jungles. Thibaud. XXVIII F. Otoño. 2011. Crítica Imprimir
Escrito por Jerónimo López Mozo   
Lunes, 30 de Mayo de 2011 09:26

JUNGLES

HOMBRES Y ANIMALES, PRIMOS HERMANOS

 

 
 FOTO: CELINE AUBERTIN

Patrice Thibaud asegura que los animales están dotados de humanidad y que, a la inversa, los hombres poseen rasgos propios de las bestias. Al fin y al cabo, unos y otros se enfrentan a situaciones parecidas para sobrevivir. Bien mirado, entre la naturaleza salvaje y el mundo civilizado no hay tantas diferencias como parece a primera vista ni fronteras que los hagan impermeables. Una y otro son, en el fondo, la misma jungla. Así debieron entenderlo los creadores de Tarzán, los del mítico gorila King-Kong y cuantos recrearon las vidas de niños abandonados en la selva que crecieron como animales salvajes. Y los fabulistas, que otorgaron el don de la palabra a  seres irracionales para filosofar sobre cuestiones humanas, y los cuentistas, que nos hicieron creer que había gatos con botas y lobos feroces. ¿Qué decir de los comics, en los que el pato Donald o Tom y Jerry ocuparon miles de viñetas? ¿Y del Bambi o el elefante Dumbo, que protagonizaron las películas de Disney? Puestos a recordar, no olvidemos relatos como el de Orwell, que se sirvió de los animales de una granja para hacer una feroz crítica del comunismo. No le demos vueltas: encaramarse en la selva a la copa de un árbol gigantesco es casi lo mismo que contemplar el bosque de rascacielos neoyorkinos desde la cima del Empire.

 

El teatro no se ha mantenido al margen de estos juegos de travestismo. Lo hizo Martínez Mediero cuando vistió a los protagonistas de El último gallinero con el plumaje propio de las aves de corral y Els Comedians en El libro de las bestias. Son solo dos ejemplos antiguos entre otros muchos que harían la relación interminable. De modo que Thibaud y compañía no han inventado nada. La originalidad de su propuesta radica en que su discurso escénico es gestual, territorio en el que se mueven como pez en el agua. Herederos de algunos de los genios del cine mudo y de maestros más recientes del mimo, su técnica, muy depurada, ha alcanzado un alto grado de perfección. Con un gesto o un ligero movimiento del cuerpo consiguen que sus personajes sean reconocibles y las acciones que realizan fácilmente comprensibles. El hombre y la mujer que habitan la singular jungla en que han convertido el escenario y el niño que irrumpe en sus vidas y la comparte, se comportan como lo que son y lo que aparentan: un hibrido de seres humanos y animales. Vienen a decirnos y a demostrarnos que sus vidas se rigen por normas comunes a ambos géneros. Practican el arte de la seducción, la fuerza y el poder de cada cual determina el orden jerárquico, el más pequeño rechaza asimilar las enseñanzas de los mayores, se engañan a las primeras de cambio, sale a relucir el instinto maternal, las criaturas aman y se odian pasando del arrumaco a la paliza sin solución de continuidad… Todo ello, siempre en clave de humor con un final feliz o amargo, según se mire, en el que el adolescente al que se pretende educar decide escapar de la tutela familiar y refugiarse en la naturaleza salvaje, buscando una libertad de la que carece.

 

Pero este tipo de espectáculos mudos, que a veces son presentados como la mejor fórmula para llegar a un público amplio y universal, tienen ciertas limitaciones, entre ellas que, salvo muy raras excepciones, la pantomima no logra sustituir la riqueza de la palabra. Otra, la tendencia a convertir la función en una sucesión de gags resueltos con diversa fortuna. En esta ocasión, los hay brillantes, como los juegos eróticos del macho en celo, el intento de salvación de un náufrago engullido por las olas de un mar embravecido o el concierto de piano que ofrece el díscolo pequeño de la singular familia interpretando la esplendida música compuesta por Philippe Leygnac. Junto a esos momentos justamente celebrados, hay otros menos redondos. El resultado es un espectáculo desigual, bien interpretado y amable, que consigue arrancar sonrisas de un público entregado desde el principio porque quizás guarde en la memoria el recuerdo de aquel Cócorico aplaudido en temporadas anteriores.

 

Título: Jungles

Autor: Patrice Thibaud y el equipo artístico

Lorella Cravotta

Philippe Leygnac

Patrice Thibaud

Codirigido por Susy Firth, Michèle Guigon y Patrice Thibaud

Escritura: Patrice Thibaud y el equipo artístico

Música: Philippe Leygnac

Creación de la luz: Laurent Bénard

Diseño de la escena: Claudine Bertmeu

Disfraces: Isabelle Beaudouin

Disfraces y accesorios: Les Ateliers de Chaillot

Decoración: Les Ateliers Théâtre de Nîmes

Textil de la cabina: Fabrice Chiaramelli / Ateliers déchets d’oeuvre

Compañía: Productions Illimitées

Producción: Productions Illimitées

Coproducción:Théâtre National de Chaillot/Grand Théâtre de Luxembourg/

Théâtre de Nîmes/Théâtre de Vienne/Théâtre d’Esch/La Comète, Scène Nationale de Châlon en Champagne/Grégoire Furrer et Productions Illimitées

Duración aproximada: 1 hora y 20 minutos (sin intermedio)

País: Francia

Estreno en Madrid: Teatros del Canal, Sala Verde, 25 – V -2011

 
 
 FOTOS: CELINE AUBERTIN

 


JERÓNIMO LÓPEZ MOZO
Copyright©lópezmozo

 

 

 

 

 

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Última actualización el Sábado, 13 de Agosto de 2011 15:02