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Escrito por Jerónimo López Mozo.   
Domingo, 18 de Abril de 2010 07:02

CESAR OLIVA
La última escena

CESAR OLIVA
La última escena
(Teatro español de 1975 a nuestros días)
Prólogo de Francisco Ruiz Ramón
Ediciones Cátedra
Madrid, 2004, 278 págs.
ISBN: 84-376-2162-3



La última escena (Teatro español de 1975 a Nuestro días) es la más reciente aportación de Cesar Oliva al análisis del teatro español contemporáneo. Entre las anteriores, destacan El teatro desde 1936 (1989) y Teatro español del siglo XX (2002), obras imprescindibles para un cabal conocimiento del arte escénico en nuestro país. En esta ocasión, el objetivo no era escribir una historia del teatro desde el final de la dictadura hasta nuestros días, ni un tratado universitario o de divulgación, sino algo más complejo. El propio autor ha calificado su trabajo de suma de cuanto un hombre de teatro ha visto, vivido y pensado durante el más de cuarto de siglo que se compendia. Se trata, pues, del fruto de los conocimientos académicos de Oliva, catedrático de la Universidad de Murcia, y de su experiencia como hombre de teatro, en el que ha ejercido, desde su lejana incorporación al teatro universitario hasta ahora, como director de escena, escenógrafo y actor. Francisco Ruiz Ramón, autor de otro libro esencial, Historia del teatro español. Siglo XX (1975), escribe en el prólogo del que nos ocupa que su labor conjunta e inseparable de teoría y praxis del teatro “ponen en evidencia una cualidad, poco común, donde se aúnan el saber de teatro y el hacer teatro.

El libro responde a las preguntas que se hace el propio autor en la introducción y que, cualquiera de cuantos vivimos con inquietud el día a día del teatro español, podría hacer suyas: ¿qué sucede en nuestra escena para estar donde estamos, después de más de veinticinco años de democracia? ¿cuáles son las causas de tantos y tan importantes cambios que se han producido en cualquiera de los campos en los que escarbemos: escritura dramática, producción, interpretación, política teatral, etc., etc.? Dividida la monografía en escenas y no en capítulos, otra pregunta encabeza la primera de ellas: el teatro ¿se muere? Tales cuestiones son satisfechas a lo largo de otras cuatro escenas cuyos títulos son: “El teatro español en torno a 1975”, “Entidad dramática de la transición política española (1975-1982)”, “La década prodigiosa (1983-1992)” y “Los caminos del teatro español hacia el siglo XXI (1993-2000)”.

En un epílogo cuyo epígrafe reza “Las cosas son así”, se resume la visión pesimista que el libro ofrece del teatro español durante los últimos años. Se alude al progresivo deterioro del mundo de la escena y a sus causas; a la muerte del teatro experimental o de vanguardia; al crecimiento de los gastos de producción; a la política de subvenciones y a la creciente dependencia económica de los poderes públicos; a las funciones asumidas por las nuevas empresas de distribución y promoción de espectáculos y a su influencia en orientar los gustos del público; al escaso reconocimiento que los profesionales reciben por parte de la sociedad a la que sirven, que, en el caso de los autores, está provocando una paulatina pérdida de identidad; a la poca atención que los medios de comunicación dedican a la actividad escénica; a como el teatro ha dejado de ser tribuna de ideas políticas o sociales… Cesar Oliva también sintetiza en estas últimas páginas las opiniones vertidas por representantes de todos los estamentos de la escena española en el Foro de Debate sobre el Teatro Español ante el siglo XXI, que se celebró en Valladolid, bajo su coordinación y dirección, en 2001. Pero sin duda no ha querido dejar en el lector un sabor amargo y, con ese raro optimismo que poseen algunos profesionales de la escena y con la certeza de que el moribundo teatro siempre ha sobrevivido, cierra su ensayo con estas palabras: “”Pero si ahora la escena está envuelta en el oscuro manto de la crisis no significa que siempre sea así, entre otras razones, porque nuevas circunstancias llevarán al teatro a su habitual papel de conciencia de los pueblos, hoy perdido por todas esas razones aducidas y analizadas. Nuestra esperanza está no sólo en que lleguen tiempos mejores para la poesía dramática, sino en que eso no sea a costa de la pérdida de libertades públicas, preciado don desde el que es posible la pretendida objetividad de libros como éste”.


Jerónimo López Mozo
 

 

 

Última actualización el Viernes, 14 de Mayo de 2010 20:24