La danza de la muerte a lo largo de la historia. Imprimir
Escrito por Alexis Fernández.   
Miércoles, 14 de Abril de 2010 16:59
La danza de la muerte
a lo largo de la historia

[2006-12-15]

Oh, tú, creatura pensante
que deseas la vida eterna
he aquí una enseńanza digna de atención
para terminar bien tu vida de mortal:
Se intitula La Danza Macabra
y cada uno aprende a danzarla.

 

La danza de la muerte

a lo largo de la historia

Oh, tú, creatura pensante
que deseas la vida eterna
he aquí una enseñanza digna de atención
para terminar bien tu vida de mortal:
Se intitula La Danza Macabra
y cada uno aprende a danzarla.
Es natural para hombres y mujeres,
pues la muerte no desprecia ni al grande ni
al pequeño.
En este espejo cada uno leerá
que llegará el día para danzar.
Sabio es el que aquí se reconoce.
La muerte conduce a los vivos:
verás a los poderosos partir los primeros
que no hay persona a la que la Muerte no venza.
Mas apiada saber que todo está hecho
de la misma materia.

Relacionadas con muchos ámbitos literarios, las danzas de la muerte participan de distintos géneros artísticos como la pintura, la escultura, el teatro, la danza y la música, y se las vincula con ciertas actividades parateatrales como la mímica, la procesión, etc. Caracterizadas por la representación del esqueleto humano como símbolo de la muerte, simbolizan la finitud de la vida, el último y necesario arrepentimiento y la postrera ilusión, y van cargadas de un mensaje moral, una ironía estremecedora y una denuncia social del mundo en que nacieron.

Fomentadas por las plagas y guerras de los siglos XIV y XV, y basadas en la creencia popular de que la muerte, en forma de esqueleto, surge de las tumbas y tienta a los que tienen vida con el fin de que se unan a ella, el tema se sustenta en la idea de la inevitabilidad de la muerte. El morir, pues, se convirtió en un hecho cotidiano. Los artistas ya no necesitaban recurrir a alegorías o símbolos como sucedía en los misterios o moralidades, el mejor referente era la realidad. El hombre tomó conciencia sobre la muerte, pero también sobre la vida.

Por otro lado se buscaba este tipo de arte como antídoto contra una de las secuelas de la peste negra: la crisis de valores. La sensación generalizada de la fugacidad de la vida (tempus fugit) y la constante presencia de la muerte (memento mori) lanzaron a muchos hombres a una existencia desenfrenada donde el gozo de la vida se fundamentaba en el disfrute absoluto de los bienes materiales. En una época de injusticia y desigualdad social, las danzas de la muerte eran, pues, una crítica a los hombres y aspectos del mundo político y social y una representación plástica y literaria del carácter democrático de la muerte, que iguala a todos los hombres: todos los oficios son prestados y nadie tiene mayor poder que el que Dios otorga.

LA DANZA MACABRA
EN LOS FRESCOS DE IGLESIAS Y CEMENTERIOS

El ejemplo más conocido de la danza macabra, danse macabre o también Totentanz, es el representado en frescos de iglesias, capillas y cementerios de Francia, Alemania y Suiza, pero quizá el más famoso sea el realizado en el año 1424, destruido en la actualidad, que se encontró en la iglesia de los Santos Inocentes de París.

En 1485 el parisino Guy Marchant publicó grabados y unos versos de una danza macabra que circularon por toda Europa y que contribuyeron a consagrar el tema como género; igualmente, forma parte del argumento de la obra de Chaucer Cuentos de Pardoner y de la obra de Lydgate La caída del príncipe (c. 1430).


Guy Marchant (1485)


Hans Holbein (1523…)

En Italia también destaca el Trionfo della morte, una representación espectacular de la muerte como el todo conquistador, además de los rastros que se pueden encontrar en Dante y Petrarca. En Florencia este “trionfo della morte” ha formado parte de la celebración del carnaval.

La danza de la muerte fue también pintada en muchos frescos de iglesias (como los de la catedral de Saint Paul de Londres hasta 1549) e inspiró un famoso grupo de 51 dibujos realizados entre 1523 y 1535 del pintor alemán Hans Holbein el Joven.

 

La danza macabra también alude a los comentarios versificados de las representaciones escultóricas y pictóricas sobre el tema. En España se conserva una Danza general (siglo XV) de autor anónimo, y parece ser que de origen francés. A través de una forma dialogada, la muerte invita a personajes de distinta condición a participar en su danza. Más adelante, el tema influyó en la literatura, sobre todo en el teatro, como en la trilogía del portugués Gil Vicente Las barcas, en los autos de Calderón de la Barca y en los Sueños de Quevedo.

Y es que para muchos críticos las danzas de la muerte eran sermones mimados, representados y danzados. Se cree que el espacio teatral era la iglesia o cementerio y que las escenas dramáticas, de carácter marcadamente alegórico, eran breves, puesto que así lo indicaba la costumbre teatral de las obras litúrgicas que se llevaban a cabo en los templos.

LA PRESENTACIÓN DE LA MUERTE
EVOLUCIONA CON EL CAMINAR DEL TIEMPO
(DEL MEDIOEVO AL SEPTIMO SELLO DE I. Bergman (1956)

En los siglos posteriores la danza de la muerte continuó inspirando a algunos literatos, dramaturgos y poetas como Edgar Allan Poe, el mismo August Strindberg, Charles Baudelaire, Johann Wolfgang von Goethe o el estadounidense de origen inglés Wystan Hugh Auden.

LA DANZA DE LA MUERTE
INVADE LA MÚSICA

La música también ha tratado este tema, como lo ejemplifican la obra Totentanz del compositor húngaro Franz Liszt, el poema sinfónico titulado Danse macabre (1874) del compositor francés Camille Saint-Saëns.

En el siglo XX destacan la Danza de los muertos (1938) de Honegger, oratorio para orquesta, tres solos, coros y recitativo, Le grand macabre de Ligeti, Die Tragische (Sinfonía n. 6) de Mahler, Totentanz der Prinzipien, de Schönberg, etc.

 


Camille Saint-Saëns

LA MUERTE JUEGA AL AJEDREZ

EL SÉPTIMO SELLO (1956) (Igman Bergman)


Alexis Fernández
Copyright©alexisfernández

 

Última actualización el Jueves, 13 de Mayo de 2010 14:50