Días estupendos: Alfredo Sanzol.Entrevista Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Miércoles, 22 de Septiembre de 2010 16:05

DÍAS ESTUPENDOS

LA LIBERTAD Y  LA NOSTALGIA DE UNOS VERANEANTES

 

DÍAS ESTUPENDOS

LA LIBERTAD Y  LA NOSTALGIA

DE UNOS VERANEANTES

 


Días estupendos
viene a completar lo que ahora puede llamarse Trilogía y que comenzó en la Sala Cuarta Pared con Risas y destrucción en el 2006. Gerardo Vera – Director del Centro Dramático Nacional – la vio y pidió a su autor y director Alfredo Sanzol que se encardinase al Centro Dramático Nacional. 


  • Estoy orgulloso de tener en el Centro a Alfredo, pues es un autor y también artesano, que consigue crear una atmósfera poética – declara Gerardo. Con motivo de sus obras, Alfredo ha declarado que parte de la realidad, pero yo creo que es a partir de la intuición, aunque detrás está lo vivido.  Crea poesía de una fuerza indescriptible. Es un espectáculo nuevo. Alfredo es una voz nueva e imprescindible. 

A Risas y destrucción le siguió – ya en el Centro Dramático Nacional – Sí, pero no lo soy, que obtuvo cuatro nominaciones en los Premios Max.

  • Aunque comencé en la Sala Cuarta Pared, la mayor parte de mi carrera artística la he desarrollado en el Centro Dramático Nacional. Días estupendos comenzó como proyecto tras Sí, pero no lo soy. Al principio no se iba a llamar así, sino Días magníficos que era la traducción literal de una canción francesa. Para mi abuelo todo era “estupendo”. Usaba mucho ese calificativo, así que me pareció idóneo para expresar en castellano lo del francés: “magnifiques”. 
RISAS Y DESTRUCCIÓN
 SÍ, PERO NO LO SOY 

 

FOTO: DAVID RUANO

Estos “días estupendos” se podrían traducir como “verano”.  

  • En la infancia los “días estupendos” los tienes en verano. Sentías la “libertad”, conocías a gente que no conocías antes, salías de tu espacio habitual y entablabas relación con otros niños. Era también fuente de aventuras y crecías. Era perder la inocencia y ver que el mal existe y está fuera de nosotros. Pues Días estupendos va de todo eso, pero también habla de la nostalgia de las vacaciones y de la frustración y el estrés que supone no conseguirlas. Habla de la transformación que experimentamos en quince días. El verano es el tiempo en el que la vida se expresa con más exuberancia, con más luz y más calor, pero es el tiempo también en el que se cuaja la muerte que llega con el invierno. Tiene que ver con esa sensación de cresta vital. Donde más se expresa la vida, se encuentra el inicio de la muerte.

La estructura de esas historias a las que Alfredo califica de “extremas” está construida a base de “skeths”, pero…

  • … con sensación de ver la historia larga. Comencé por “sketchs” – matiza Alfredo, construyendo historias cortas que uní por yuxtaposición. Yuxtaponer historias es crear cierta brusquedad, pero es la imaginación del espectador quien crea la unión y les da una lógica. Estaban relacionadas con la memoria y el recuerdo. Mi historia no es lineal, sino, como he dicho, historias cortas y emociones. Cuando escribo invento una memoria. Recuerdo las historias como si las hubiese vivido y eso me sirve para conocer. Frecuentemente no recuerdo los hechos, pero sí guardo las emociones.

Creado el texto viene una segunda fase: el trabajo con los actores. 

  • Es fenomenal y con ellos vamos engarzando las piezas que parecen sueltas. Es un equipo con el que vengo trabajando desde que comenzó esta Trilogía. Esto no quiere decir que el texto esté sin hacer. Llevo el texto muy acabado y pido que cuando vengan al primer ensayo traigan, ya, el texto muy aprendido de memoria. Los cambios los hacemos solamente cuando vemos que es muy necesario. Si en los ensayos mueves mucho el texto eliminas el problema que presenta de un modo facilón. Hay que luchar con los problemas que el texto te plantea y buscar soluciones. Solamente cuando se ve que es imposible se recurre al cambio del texto. Otra cosa es que yo, durante los ensayos,  es cuando me entero lo que he escrito. Poner este texto en pie ha sido un ensayo de seis semanas.
 
 FOTO: DAVID RUANO

Al llegar a este título final de lo que ya se puede llamar  Trilogía, el grupo ha encontrado un lenguaje de interpretación. 

  • Al principio, no lo habíamos pretendido, pero ahora vemos que hemos creado un lenguaje propio. Hay un estilo de interpretación y unas ideas propias sobre la puesta en escena y el modo de crear el texto. Ello hace que tengamos una complicidad muy grande entre nosotros, lo cual tiene sus ventajas e inconvenientes. La Confianza que tenemos entre nosotros hace que te sientas a gusto, pero también crea tensión, pues nos exigimos mucho los unos y los otros. El trabajo de uno y otro hace que se entre en conflicto.

PABLO VÁZQUEZ
JUAN ANTONIO LUMBRERAS
 
PACO DÉNIZ
ELENA GONZÁLEZ
NATALIA HERNÁNDEZ

Pablo Vázquez interpreta al personaje: “el del melón”. Los personajes poseen estas peculiares nominaciones: el del teléfono, la nudista, la que canta, el del tronco. Para Pablo Váquez. 

  • Es un placer volver aquí (CDN). Días estupendos cierra la trilogía cuya unión podría ser la búsqueda de la identidad de la gente: lo que querríamos ser o de lo que renegamos.

Juan Antonio Lumbreras es “el del tronco” y, para él, en esta tercera parte… 

  • hay una pérdida como sucede en todos los veranos que empiezan. De pequeño, recuerdo, que al comenzar el verano sentía miedo a la pérdida de lo anterior. Todo esto viene transmitido con humor, pero ello no quita la nostalgia que te congela la sonrisa. 

“El del teléfono” es Paco Déniz, que declara: 

  • Llevamos once años trabajando juntos y te das cuenta que cada vez es más duro el trabajo y también el resultado. Alfredo ha ido hilando cada vez fino.  

Elena González es “la nudista” y confirma que… 

  • …es un proceso muy duro, pero muy gratificante. Al obtener todos los resultados pretendidos, se dibuja la satisfacción. Como ya han dicho antes, con Días estupendos te ríes, pero te hace pensar: “Te ríes, pero ¡jolín! de lo que te estás riendo”.  

“La que canta” es Natalia Hernández, que también lleva “doce o trece años” con Alfredo. 

  • Trabajar con un equipo tantas veces es gratificante, pues no te quedas a medias tintas. Alfredo saca de  ti lo que tú ni siquiera conoces, pero él sí.  Es como estar como en tu casa y no es extraño porque con Juan Antonio (Lumbreras) llevo muchos años. Este trabajo intenso te hace mirar cada detalle como algo especial.

CINCO ACTORES PARA VARIOS PERSONAJES
O

UN PERSONAJE CON VARIAS CARAS

 

Son cinco actores para dieciséis historias. 

  • Cada actor interpreta varios personajes – declara Alfredo. Con estos tres espectáculos hemos descubierto que cuando un actor hace, por ejemplo, ocho personajes, lo que hace en realidad es un personaje con ocho miradas. Por eso le llamamos “ente”, y de ahí que hayamos desarrollado toda una teoría de los “entes”. Esto tiene que ver con la personalidad humana que podemos llegar a tener veinticinco caras diferentes que usamos según la gente con la que se relaciona o el momento emocional. Esto produce inquietud a uno mismo y a los que nos conocen. De ahí esa frase recurrente: “No me  esperaba esto de ti”.  Ello es fuente de conflictos y problemas. Es una de las razones que hace que se produzcan historias.

EL HUMOR: MARCHAMO DE LA OBRAS DE ALFREDO
 
La faceta del humor es ya una firma en las obras de Alfredo.
 

  • El humor es la guía y es mi herramienta de trabajo. A veces pienso que podría escribir sin este humor, que no es sino huir de la propia realidad, cuando un objeto de duele. La historia es dura y con unos personajes llenos de problemas, pero está contado con superficialidad y como si fuera una anécdota.

EL ESPACIO ESCÉNICO: UN VISTOSO DIORAMA

El espacio escénico y el vestuario lo firma Alejandro Andújar. 

  • Ha hecho también los espacios escénicos de las otras dos obras anteriores – declara Alfredo. Para mí es una figura importante a la hora de crear el estilo y la atmósfera. Es un trabajo lleno de fantasía, sintético y sugerente que conecta muy bien con mi manera de escribir. Los espacios que crea, al principio, no parecen nada graciosos, pero al verlo en un segundo momento se descubre la sugerencia.  

El formato elegido es el Teatro a la italiana, aunque con la peculiaridad de estar encajonados en hornacinas como si se tratase de un museo de Ciencias naturales. Lo definen como “diorama”.

 

FOTO: DAVID RUANO

El vestuario, según Alfredo, es “especial, aunque no lo parece. Es como si se hubiera encontrado la ropa por la calle. Identifica al personaje, pues tiene un estilo o algo que es previo a la acción, pero que influye en el trabajo del propio actor".

 

¿EXISTE UN GÉNERO TEATRAL LLAMADO “VERANO”?

Días estupendos es una coproducción del Centro Dramático Nacional y la productora  Lazona cuyo productor es Gonzalo Salazar. 

  • Lazona somos dos socios. Vimos el teatro de Alfredo y sentimos la necesidad de trabajar con él. A lo largo de estas tres funciones se ha desvelado un esquema narrativo que se ha ido perfeccionando, hilando más fino, y se ha consolidado en Días estupendos. Es importante y sutil de todo lo que no  se cuenta. Supone una mayor madurez que con esta tercera entrega lo consagra como autor. Siendo el verano una época feliz de la vida, se recuerda con enorme nostalgia. Es un tema que ha tocado el teatro como Veraneantes de Chejov y el cine como Las Vacaciones de Mr Hullot. El verano es toda una metáfora de la vida. Hay una corriente  que filosofa sobre el sentido de la vida y eso está en Días estupendos. Incluso hay una especie de proverbio: “Llorando cuando te vas de veraneo y llorando cuando termina el verano” Se podría decir que hay un “género del veraneo” 

Alfredo antes este razonamiento piensa: Nunca había oído hablar del “género veraneo” pero ahora si mencionamos a Chejov, el mismo Shakesperare, y otros etc… veo que estoy haciendo un tipo de “género de veraneo”.

 

DIAS ESTUPENDOS TIENE TAMBIÉN

LA CANCION DEL VERANO

 

  ALFREDO SANZOL

Y ya que estamos en verano, ha terminado por ser obligado que alguien componga una  canción del verano. Durante muchos años, en España, ha sido Georgie Dann. Días estupendos también tiene su Canción del verano  

  • Le pedí a Fernando Fernando Velázquez, responsable del diseño de sonido y de la música original – que me compusiera una canción insustancial y lo más hortera que pudiera componer. Según Fernando le da hasta cierta vergüenza porque es lo más hortera que ha compuesto en su vida. A ella se añade incluso una coreografía. En todas mis obras siempre hay una cancioncita.

 

LA TRILOGÍA DE UN TIRÓN


Llegada a esta Trilogía que parece ser el punto final de un proceso dramatúrgico, la pregunta es si se podrían representar las tres seguidas en una especie de pequeño maratón. Cada obra viene a durar una hora y cuarenta minutos. 

  • No es una proposición descabellada – afirma Gonzalo, el productor. Lazona trabaja con autores y actores españoles. En nuestra opinión los productores no sólo deben producir, sino fomentar el teatro español fura y dentro del país. Por eso es posible que a partir de Días estupendos se podría representar en tres días sucesivos – no hace falta que sea un maratón de un día – la Trilogía. Se vería muy bien la evolución de la obra de Alfredo y de la temática. 
FOTO: DAVID RUANO

  • Lo que sí he comprobado – finaliza Alfredo -, es que al llegar a este final los personajes se reconocen en otras obras y al verlas juntas se ve cómo van variando. Hago las cosas sin un plan predeterminado, pero después veo que lo hay.

 


José Ramón Díaz Sande
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Última actualización el Jueves, 30 de Septiembre de 2010 07:29