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Siglo XX...que estás en los cielos. Entrevista. PDF Imprimir E-mail
Escrito por José R. Díaz Sande.   
Miércoles, 17 de Marzo de 2010 15:03

 



SIGLO XX... QUE ESTÁS EN LOS CIELOS
de DAVID DESOLA
con dirección de BLANCA PORTILLO

[2006-05-07]

A la vera del Teatro Español se arrima un espació que se conoce como El Café del Español. Primero albergó una carpa y después pasó a ser, remodelado, un café.


SIGLO XX… QUE ESTÁS EN LOS CIELOS
de
DAVID DESOLA

con dirección
de

BLANCA PORTILLO


FOTO: RUBÉN MARTÍN

A la vera del Teatro Español se arrima un espació que se conoce como El Café del Español. Primero albergó una carpa y después pasó a ser, remodelado, un café. En esa necesidad de que el Teatro Institucional no olvide “la aternativa teatral”, se pensó que ahí se podría arropar textos que fueran por esa línea.

Mario Gas, en su presentación de la temporada del Español tras la remodelación necesaria, anunciaba la incorporación del café al mundo del teatro:

  • Este Bar - no le llamaba café – se incorpora al Español como un todo a la estructura humana del teatro. Hemos intentado habilitar ese espacio a parte de la cafetería, restaurante, bar de copas en donde se den cita el Music-Hall, el Café-Concert, el Café Teatro y para cualquier otra programación menos encorsetadas y que por lo tanto no necesitan el Teatro a la Italiana.

Mientras las obras de remodelación del Teatro Español continúan, ya se ha abierto ese nuevo espacio para un texto de David Desola (1971) con la dirección de Blanca Portillo.

SIGLO XX… QUE ESTÁS EN LOS CIELOS

El título recuerda otro: Gary Cooper que estás en los cielos, la película de Pilar Miró.
 


DAVID DESOLA
  • No, no tiene nada que ver – afirma el autor David Desola. Es más ni siquiera conozco la película. Este título viene a reivindicar de que el siglo XX ha pasado ya y no hemos asumido que estamos en el siglo XXI, tal vez porque habíamos puesto todo el ideal en el año 2000 imaginándolo a lo Kubrick – 2001, Odisea del espacio -, y la realidad es que ha pasado con más pena que gloria. Yo pretendo que se recuerde tal como fue ese siglo XX, que ahora ya está en los cielos.

David Desola se define a sí mismo como

  • Un dramaturgo chusquero. No soy un erudito del teatro. Me gusta escribir historias y para mí el formato – cine, teatro o televisión – es secundario. Lo que no me atrevo a escribir es una novela. No soy persona de teatro. Voy al teatro y leo teatro, pero voy más al cine. Voy aprendiendo. Me explico fatal.

Este “me explico fatal” define un poco la imagen externa de David que aparece con cierto grado de humildad, de torpeza en el tener que usar el micrófono con la mano

  • ¿Sin micrófono no me oís? … Es que no me gusta oírme a mí mismo.

David Desola Mediavilla nace en Barcelona. A los quince años se topa con una serie de trabajos “basura” y son su medio de vida. Será a mediados de los noventa cuando se le hace caso como guionista cinematográfico y media docena de cortometrajes le supone más de cincuenta premios nacionales. Su trabajo se centra en las productoras audiovisuales.

En 1999 el premio Marqués de Brandomín recae sobre Baldosas, su primer texto teatral. Vendrán una serie de estrenos:
 

1999:




2002:


2006:
Baldosas (Publicada)
Assassines (coautor)
Monolocos (coautor)
El conducto gemelo (dentro de la obra
colectiva Ecos y silencios) (Publicada)
Almacenados (Premio Hermanos
Machado 2002) (Publicada con su
título original Estamos, estamos)
Siglo XX (que estás en los cielos)
(Publicada)

Sin estrenar, pero publicado tiene también un monólogo:

El patio Monocromàtico

Como guionista cinematográfico ha escrito dos largometrajes:

El Homo Judas (guardado en un cajón)
Epoxy (en fase de preproducción)


BALDOSAS

ALMACENADOS

Además de escribir para el cine y el teatro ha escrito crítica cinematográfica e impartido clases de guión. En la actualidad:

  • Compagino la escritura teatral con la de guionista cinematográfico. Soy, ocasionalmente, productor de cortometrajes y asiduo sufridor de retrasos y contratiempos en el puente aéreo Barcelona-Madrid

El modo de escribir sus textos teatrales es simple. Son diálogos, sin acotaciones, por eso en concreto este Siglo XX sobre el escenario

  • Ya no es mía al 100% pues hay un equipo que lo lleva a cabo y la puesta en escena
    es 100% de Blanca.

BLANCA PORTILLO:
ES MI QUINTA DIRECCIÓN Y
LA PRIMERA QUE “SALGO DE CASITA”

 


FOTO: RUBÉN MARTÍN
La Blanca de que habla David es “la Portillo”. Da cierto pudor presentarla, porque es de sobras conocida en nuestro ámbito nacional y Argentino.

La Movida madrileña le prohibió entrar de lleno porque era menor de edad: 16 años. Pero la olió de refilón, le arrebató algunos de sus amigos y esta visión como espectadora le ha servido para el tratamiento de Siglo XX... que estás en los cielos

El teatro la acaparó pronto y los títulos, como intérprete, se le acumulan en su haber, llegando a ser musa de Jorge Lavelli. Popularmente ha sido la Carlota de la exitosa serie de televisión Siete Vidas. El cine también ha contado con ella y el Volver de Pedro Almodóvar contó con ella.

Como actriz – actualmente tiene sólo 42 años – posee una amplia versatilidad interpretativa que recorre la comedia, el drama, la tragedia y no se le resisten el verso clásico ni los autores contemporáneos.

En estos últimos años el mundo del teatro le ha llevado a la producción y a la dirección. Con este último texto el mundo de la dirección le obliga a subir un peldaño más:

  • Es mi quinta dirección, pero esta es la primera que me obliga a salir de casita y buscar los actores en el panorama actoral que es de escándalo. Hasta ahora las direcciones que he hecho ha sido como en casa. Las primeras fueron con mi equipo habitual y por lo tanto era un trabajo muy de laboratorio. En otros elegí actores, pero eran amigos míos. A esto se añade es la primera producción bajo la estructura del Teatro Español y me crea cierta inquietud y grado de responsabilidad. Es una apuesta y te impone. Lo abordo casi como una primeriza. Tengo que reconocer que me ha quitado muchas horas de sueño. Una vez estrenada la obra es ya de los actores, que sabrán defenderla mejor que yo.

Lo que ha entregado a los actores es una puesta en escena que David Desola califica como:

  • El mejor de mis espectáculos. Lo de los olores nunca me lo había planteado. Tampoco el modo de escenificación. Ahora he visto que era la única manera de hacer bien este texto.

LOS OLORES DE BLANCA PORTILLO

El tema de los Olores, tal como lo oyen, es idea de Blanca:
 

  • Sí hay olores – confirma Blanca y se los debo a Darío Sirerol, un químico excelente que trabaja con los olores más cotizados del mundo. Le conté que había momentos en que el espectáculo pudiera ser transmitido a través del olor que es tremendamente evocador. Que el espectador a través de ese sentido lo viviera con el personaje. Así, pues, hay algunos momentos en que se unen el sonido y el olor y describen el estado del personaje. Le pareció muy bonito. Tanto en cine como en teatro un tratamiento así lleva al espectador al imaginario. Ha hecho los olores exactos. Se crea un espacio aromático. Esta es la parte sensitiva del espectáculo. El tacto se puede oir y sentir pero el oler también y ello dispara las conciencias. De todos modos no quiero desvelar mucho sobre este aspecto, porque es como desvelar en una obra policíaca que el mayordomo es el asesino.

FOTO: RUBÉN MARTÍN

EL TEXTO DE DESOLA
SATISFACE LAS OBSESIONES
DE BLANCA PORTILLO
Y RESUCITA EL LIMBO

Este texto de David Desola llegó a las manos de Blanca a través de Daniel Pascual, coordinador artístico de este espectáculo.

  • Yo había leído ya dos textos de David – aclara Blanca -: Baldosas y Almacenados. Por otra parte me interesa mucho la nueva dramaturgia y David Desola era uno de esos autores de la nueva dramaturgia, aunque ahora es ya una realidad. Cuando se tiene la suerte de ser contemporánea del autor hay que aprovecharlo. Su texto es para pensar y ésta es una mis obsesiones como directora, actriz y productora.

La temática le fascinó y también lo ingeniosote unir, gracias a la muerte, a dos seres distanciados en el tiempo.
 


FOTO: RUBÉN MARTÍN
  • Un teme es la guerra civil, que rompió esa República que iniciaba una Nueva España y el otro el tratar la gente de mi generación, aunque yo era joven. Tenía 16 años. Ahora tengo 42 y no miento. Algunos de mis amigos se murieron, arrastrados por aquel movimiento. Fue una época nueva y había que romper, aunque no siempre se hacía bien. Sin embargo aquellos padres querían ofrecer una nueva libertad dándonos la herencia de esa gente y de la República que era la mayoría de este país.

Otro de los enamoramientos del texto estaba en la teatralidad.

  • El texto tenía algo muy teatral, pues por medio de un artificio, el Limbo, juntaba a esos dos personajes en el tiempo y analizaba lo que sucedía después de la muerte. Podía vivirlos en el presente juntos a pesar de la distancia del tiempo: él un miliciano de la guerra civil y ella una drogadicta de la movida. Permitía hablar de la franja de la edad de la juventud: ¿Qué heredan nuestros jóvenes y qué les dejamos?
Es Limbo, siempre enigmático y hoy cuando la Iglesia Oficial ha negado, resurge en David Desola como espacio sin tiempo para reunir a dos personajes con su edad juvenil a la hora de morir.
  • Es una especie de Limbo, aunque hay una discusión permanente acerca del sitio donde están. Ello me llevó a un tipo de espacio diverso. Un espacio que no fuera dogmático como no lo es el teatro. Era el espectador quien tenía que crear su espacio y poner la carne y los ojos. Sobre todo la palabra, maravillosa, la poesía sin pretensiones que rezuma el texto.

LIMBO (RETABLO)

La traducción del Limbo la ha encontrado Blanca en ese espacio de la Cafetería de el Teatro Español.

  • Es un espacio perfecto para lo que yo quiero hacer. Cuento con una ventaja maravillosa, ya que ayuda al espectador a construirlo una vez que no conoce ese espacio. Le puede llevar a donde quiera. Es suficientemente teatral y mágico.

UN SONIDO QUE NO SUENA Y
UNA ILUMINACIÓN QUE NO ILUMINA


Además del espacio el espectador tendrá que poner el sonido e incluso la luz. Dicho así suena a surrealismo. Mucho trabajo para el espectador.

  • El mundo sonoro – apunta Blanca es el que el espectador pondrá lo que no le vamos a dar. Pablo Salinas, es un gran músico que ha hecho un trabajo técnicamente muy complejo y sutil y nunca…, me atrevo a decir, … no se ha hecho siempre. Y esto ayudado por una luz que sirviera para no ver. Una delicadísima luz. Está muy limpio y muy vacío. Puedo colocar a los espectadores donde quiera, dentro de un sitio.

Pablo Salinas (Málaga 1966), a los 8 años comienza sus estudios musicales en el Conservatorio de Música de Madrid. Órgano, solfeo y armonía los estudia con el maestro organista del Monasterio de El Escorial. Posteriormente, como autodidacta, amplia conocimientos como intérprete de guitarra y bajo. A partir de los 14 años comienza una carrera musical ecléctica participando en muchos grupos musicales, tanto en giras como en grabaciones. Su actividad artística la alterna con estudios de Informática que le lleva a un proyecto de fin de carrera acerca de edición y comprensión de audio digital. Trabajó como programador de software y como director técnico de dos estudios de grabación de Madrid. En 1992 crea su propio estudio de grabación.

  • Blanca me ha brindado ser el tercer niño – la obra cuenta con los niños Ricardo Gómez y Santiago Crespo (intérpretes de la serie televisiva Cuéntame), que se alternan en el personaje -, pues me ha dado total libertad para crear un sistema de sonido que de el sentido espiritual del paisaje sonoro. Blanca toma grandes riesgos con esta dirección y contar con tres niños.

SILVIA ABASCAL
ROBERTO ENRÍQUEZ
FOTO: RUBÉN MARTÍN
En cuanto a la iluminación que no se ve, como en el sonido, es difícil explicarlo en palabras. El mismo creador Francisco Ariza (Paco para los amigos) – con muchos trabajos tanto en teatro como en zarzuela y ópera y desde 2001 jefe de iluminación del Teatro Español -, no desvela mucho más las afirmaciones de Blanca.
  • Se trata de un encargo muy extraño. Me dijo Blanca. “hacer una luz que no se vea”. Blanca lo tenía muy claro. A ello se unía iluminar un espacio nuevo y no el consabido teatro a la italiana. Pues, bueno, ahí está.

El limbo, dos personajes distanciadoS en el tiempo y que viven una historia juntos en su edad juvenil, olores por doquier, iluminación que no ilumina y un sonido que no se va dar al espectador. Todos estos ingredientes expresados así y difíciles de describir con la palabra nos lleva al más puro surrealismo.

Y es que algo de surrealismo tiene la obra de David Desola

  • No estoy muy dentro de las dramaturgias actuales. La situación de cada dramaturgo es distinta. La mía es muy surrealista. Hasta Baldosas sólo escribía guiones de cine y Televisión. A partir de Baldosas meto la pata y ahí estoy. He tenido suerte. Mis obras de teatro han sido montadas.

BLANCA Y DAVID
¿QUIÉN SE COME A QUIÉN?


Viendo a Blanca y David desde fuera, uno se pregunta cómo han sido esas relaciones teatrales.

Blanca es de voz poderosa, sonrisa amplia, ideas claras y parece la mujer fuerte de la Biblia. David de pelo un tanto de postguerra, sonrisa de compromiso o de sencillez, y con su muletilla de “me explico fatal” o antes de exponer “mejor que pregunten”. A ello se añade el eterno problema en el teatro de la lucha entre director, dramaturgo y autor del texto. Y no digamos si al autor se le permite asistir a los ensayos. Viendo a la poderosa Blanca y al encogido David, uno formula un juicio: “Blanca se lo come”. Podría haber un asesinato.

  • Eso es una especulación – corrige con una amplia sonrisa Blanca. No, nadie se ha comido a nadie. En este caso David ha sido generosísimo y he visto muchas cosas en mi vida. Ha ido viendo como se ha ido haciendo el espectáculo y estaba dispuesto a ver cóko se recrea la escena. La ha ido creando con nosotros.
  • Para mí ha sido una sorpresa es la primera vez que un director quería que estuviera presente. Los demás nunca me dejaron – la tímida y a veces infantil sonrisa dulcifica la prohibición – y todos me echaban de los ensayos. ¿Cómo asesinarla? Estoy totalmente de acuerdo con lo que se ha ido haciendo. Yo soy poco experto en el teatro y no pude imaginar todo lo que ha hecho Blanca. Ya he dicho que me considero dramaturgo chusquero. Asistir a un ensayo y oir por primera vez algo que has escrito en boca de unos estupendos intérpretes como Silvia Abascal, Roberto Enríquez y los niños Ricardo Gómez y Santiago Crespo, es una experiencia gloriosa, con un punto agridulce: darte cuenta de que aquello ya no es tuyo, sino que pertenece al equipo de personas que dan volumen y cincelan el producto inicial para convertirlo en algo distinto, que a estas alturas me atrevo a vaticinar será mejor que la mejor de mis expectativas.

SILVIA ABASCAL
FOTO: RUBÉN MARTÍN

UN JOVEN MILICIANO
Y UNA HEROINOMANA DE LA MOVIDA
 

Un joven miliciano republicano, muerto en la guerra civil, y una joven, víctima de la heroína en la “movida” de los ochenta, han vivido dos momentos cruciales de la historia de España. Los dos se encuentran, mágicamente, es un espacio indefinible e inquietante, bajo la atenta mirada de un niño no tan inocente como cabría esperar.

La idea surgió en David, hace años.
 


ROBERTO ENRÍQUEZ
FOTO: RUBÉN MARTÍN
  • Este miliciano coincidió con una heroinómana enferma de Sida en un hospital. Lo que les unía era ser víctimas de dos tragedias que nada tienen en común, salvo el fatídico desenlace. Pensé unirlos en la sala de espera de un hospital. Pero no me funcionaba la diferencia de edad y el que ella no hubiera vivido la guerra. Yo los quería a ambos en el momento concreto que vivieron y no a uno de ellos después de toda una vida de experiencias ajenas a la guerra, ilusiones y desencantos. Y sobre todo, no quería que existiera entre ellos el abismo insalvable de la edad. Lo aparqué.

Justamente cuando creíamos que el Limbo - lugar destinado en la tradición cristiana para inocentes no bautizados - no servía para nada, le sale al encuentro.

  • Hace unos meses me encontré con el texto mientras rescataba monólogos de las entrañas del disco duro (del ordenador), y me vino a la cabeza, de repente, un camino: ¿por qué no situarlos en una supuesta antesala de la reencarnación, a la espera de volver al mundo en la época actual? De ese modo los dos podrían encontrarse con la misma edad, con el pensamiento intacto y el anhelo de una nueva vida. Una esperanza. Me puse a escribir inmediatamente y tardé sólo cuatro días en terminar la primera versión.

Siglo XX… apuró el tracto de tiempo entre la escritura de un texto y su estreno. Sólo hace cuatro meses que David Desola lo perfeccionó y se lo mandó a Daniel Pascual.
 

  • No pensé que pudiera interesarle a Blanca Portillo, porque era una obra de pequeño formato y ella está en su momento más dulce de su espléndida carrera como actriz. Sin embargo, tuvo interés desde un principio, en dirigirlo, creo que en parte por romanticismo hacia el 36 y lo-que-pudo-ser-y-no-fue, y en parte porque ella pertenece a esa generación, algo mayor que yo, que vivió el declive de aquello que vino a llamarse la movida y fue también testigo presencial de las consecuencias de sus excesos.

David Desola no ha vivido ni una ni otra experiencia, pero dos factores de su adolescencia anidaron en sus subcosciente y recuerdos.


RICARDO GÓMEZ
FOTO: RUBÉN MARTÍN

  • En el cruce de la calle Sant Quintí con Pare Claret en Barcelona hay un pequeño jardín junto al Hospital de Sant Pau. En mi adolescencia era un lugar abandonado, sórdido y allí pasaba muchas tardes con miss amigos, fumando canutos y bebiendo “litronas” (algo de lo que no me siento orgulloso, peo no avergonzado). El jardín lo compartíamos con jóvenes más mayores que se inyectaban heroína. Tras la dosis se quedaban traspuestos, con un curioso rictus en la cara y una especie de duermevela extática. Dejaban jeringuillas, impregnadas de sangre. Se marchaban con su andar cansado, arrastrando los pies y con la mirada sombría. Rara vez hablaban con nosotros. Imagino que para ellos éramos unos “niñatos”. Yo tenía un pánico atroz a clavarme accidentalmente alguna de esas agujas. Muchos murieron de sida, de sobredosis o de asco. Otros se rehabilitaron y los menos continúan arrastrando sus pies hacia otros lugares sórdidos y abandonados. Ni yo ni mis amigos probamos la heroína. Era un tabú.

La Guerra Civil también estaba muy alejada en su horizonte e incluso en blanco porque en la escuela no se hablaba de ella. David es hijo de la transición.

  • Se había corrido un tupido velo (estúpido velo) en la transición para no herir susceptibilidades o volver a las andadas (craso error histórico). Hoy, creo, que se da en las escuelas pero de pasada, como algo muy lejano que nos dejó una dictadura militar atroz y longeva, tan longeva como su funesto caudillo. Coincidí con Franco poco tiempo. Al nacer en 1971 yo dejaba los pañales cuando comenzaban a ponérselos a él. No fui consciente de su muerte, aunque supongo que él tampoco de mi nacimiento. Vaya lo uno por lo otro.

El modo de conocer datos sobre la contienda civil, tiene algo de film de aventuras al estilo de las películas sobre lo descubrimientos de las tumbas del antiguo Egipto. Una fiesta nocturna y una vuelta a casa de madrugada. Aquel edifico ante su casa ya no estaba. En su lugar un solar arrasado y la entrada a un refugio de la Guerra Civil, sellada más cuatro décadas. Una linterna de emergencia comprada en una gasolinera que iluminó el comienzo de un túnel de 100 metros.
 


SANTIAGO CRESPO
FOTO: RUBÉN MARTÍN
  • No había ningún fúsil o pistola que ansiaba descubrir. Sólo una muñeca tuerta y restos de una camilla sanitaria de campaña. No hallé el arma que esperaba encontrar, pero ahora pienso que una muñeca tuerta y los restos de la camilla en aquel oscuro y precario refugio subterráneo, podrían dar una idea bastante exacta de lo que significó la guerra en Barcelona. Después supe que ese refugio refugio lo habían construido los vecinos de la calle y la barandilla de la escalera era obra de mi abuelo Quimet, carpintero y militante de la CNT.

Después Hugo Tomas y Gabriel Jackson con sus historias de la Guerra civil aclararon dudas y plantearon una pregunta:

  • ¿Por qué tienen que venir unos ingleses a enseñarnos nuestra propia historia?

Desde entonces lecturas sobre la guerra, montones de documentales, charlas con muchos supervivientes, visitas a la devastada Belchite y lo queda en los frentes de Aragón y Guadarrama fueron su alimento.

  • Pero hubo un libro que me cautivó más y me ha servido de inspiración: Homenaje a Catalunya de otro inglés, George Orwell. Lo recomiendo efusivamente.

EL MILICIANO Y LA HEROINÓMONA
MÁS ALLÁ DE DOS SIMBOLISMOS


El reflejo de dos épocas a través de dos personajes como representantes de ella puede sonar a simbolismo. No es así ya que la chica no puede ser chico. Sería otra historia. Hay una historia de amor.
 

  • Son personajes reales – aclara Blanca -. Son dos vidas privadas que se encuentran y no simplemente simbolizan. Lo bonito es que desde la intimidad de los personajes podemos ver la historia de este país y el mundo que estamos construyendo. ¿Qué significa vivir sin libertad? Todo es muy real y muy cotidiano. Es como cuando tiras una piedra en el agua y se generan ondas. No son seres simbólicos. Tienen vivencias y recuerdos. Es una historia de amor. Con dos chicos no funcionaría igual.

FOTO: RUBÉN MARTÍN


José Ramón Díaz Sande
Copyright©diazsande

 

Última actualización el Sábado, 24 de Abril de 2010 17:52
 
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